El investigador extremeño José Manuel Fuentes ha realizado en su nuevo libro un "exhaustivo análisis" de diferentes aspectos de la autofagia y su relación con enfermedades neurodegenerativas.
Un análisis que se recoge en el libro 'Toxicidad y autofagia en desordenes neurodegenerativos', publicado por la editorial Springer, y que con finalidad divulgativa, aborda cómo la desregulación del mecanismo de autofagia en las células puede estar relacionado con algunas enfermedades neurodegenerativas
José Manuel Fuentes es coordinador del grupo PARK de la Universidad de Extremadura y un experto en el estudio de la enfermedad de Parkinson, la segunda patología neurodegenerativa más frecuente tras la enfermedad de Alzheimer, explica la Universidad de Extremadura en nota de prensa.
Su grupo de investigación forma parte de Ciberned, el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas, dedicado al estudio de sistemas de prevención, diagnóstico y terapias de las enfermedades neurodegenerativas, y al que pertenecen más de 500 científicos procedentes tanto de universidades, como de hospitales y el CSIC.
"Pretendemos dar una visión completa de aquellos factores medioambientales que producen toxicidad en las neuronas y relacionarlos con los mecanismos de inducción de autofagia", señala el investigador, que apunta que en concreto, aborda "cómo una desregulación en esta maquinaria celular puede acelerar el proceso de enfermedades neurodegenerativas".
Son 13 capítulos dedicados a divulgar los mecanismos esenciales de autofagia, evaluar dichos procesos en las enfermedades de Parkinson, Alzheimer, Huntington y Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y observar los principales mecanismos de neurotoxicidad implicados en estas patologías.
Así, han contribuido en esta publicación expertos de reconocido prestigio de España, Portugal, Italia, Chile y Estados Unidos, entre otros. Muchos de los científicos españoles que han colaborado en el libro, entre ellos los investigadores del grupo PARK, forman parte de Ciberned, centro de referencia internacional en investigación de enfermedades neurodegenerativas.
Fuentes explica que "originalmente, se llamó autofagia al mecanismo celular que permitía a la célula autodigerirse parcialmente cuando tenía déficit nutricional y producir así energía", y posteriormente, se descubrió otra importante función de este mecanismo, como es la eliminación del interior de la célula de todos aquellos contenidos celulares alterados, ya sean biomoléculas (como proteínas), e incluso orgánulos celulares como mitocondrias que se encuentren dañados.
"El correcto reciclaje de estas moléculas u orgánulos constituye un mecanismo esencial para la supervivencia de la célula", señala este experto, que añade que si la autofagia se encuentra alterada o hay una cantidad muy importante de tóxicos, la célula no es capaz de eliminar estos desechos".
Según explica, "agunas de las principales enfermedades neurodegenerativas tienen las mismas características y es que encontramos agregados proteicos intracelulares, como en el caso del Parkinson, o extracelulares, en la enfermedad de Alzheimer, que por una razón u otra no han sido eliminados de las células".
Respecto a la enfermedad de Parkinson, la controversia en la comunidad científica es "determinar si esos agregados proteicos son los responsables de que la célula se muera o es una prueba de que la célula ha sobrevivido", matiza José Manuel Fuentes.
Estudiar qué papel desempeña la autofagia para la supervivencia de la neurona frente a un estrés tóxico y analizar si este mecanismo de autofagia se puede modificar para que sea más eficiente son los retos de investigación científica que afrontan José Manuel Fuentes y su equipo en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular y Genética en la Facultad de Enfermería en Cáceres.